Por una parte, es fantástico que en EEUU, el subtitulado con descripción de los sonidos sea requerido por ley, y creo que nos llevan ventaja.
Por otra parte, llevo toda la mañana con tics de chovinismo yanqui por todos los titulares que destacan que la gloriosa innovación de Netflix de descubrir que puede haber subtítulos sin descripción de los sonidos.