No podría publicar a estas horas nuestras #PalabrasViajeras si no me ayudara precisamente de la siguiente: CAFÉ.
Porque, aunque hay quien sugiere otras etimologías, habitualmente se entiende que toma su nombre de una de las regiones en las que aparece de forma silvestre desde la antigüedad: Kaffa, en Etiopía.
Su nombre pasó al árabe (en Yemen) como "qahwa", de ahí al turco "kahve", y el comercio con el imperio otomano lo expandió por Europa. Llegó al castellano por medio del italiano.